“Ríes fuertemente, bebes profundamente y bramas buenas canciones; pensaba que nunca vería otro Cinmerio que bebiera todo menos agua, o que siempre riera, o siempre cantara baladas tristes.”
“Quizás es la tierra donde ellos viven,” contestó el rey. “Una tierra melancólica repleta de colinas, selvas oscuras, casi siempre bajo cielos grises y con vientos gimiendo aburridos bajo los valles.”
“Pequeños hombres maravillosos crecen ahí,” afirmó Prospero con un encogimiento de sus hombros, pensando en las sonrientes llanuras bañadas por el sol y los ríos azules de Poitain, la provincia más sureña de Aquilonia.
“Ellos no tienen esperanza ahí ni nada parecido,” contestó Conan. “Sus dioses son Crom y su raza oscura, que gobierna sobre un lugar lóbrego de niebla eterna, el mundo de los muertos. ¡Mitra! Los caminos de Aesir eran más de mi gusto.” - El Fénix en la Espada, Robert E. Howard.
Los Cimmerios son gente barbárica y fuerte, con una cultura marcada por su árida y dura tierra hasta el punto que los forasteros siempre miran suspicaces hacia las tribus del norte preguntándose si alguna vez ríen o incluso cantan alguna canción que no sean baladas tristes. Para el mundo al que pertenece Cimmeria, los bárbaros de esta región helada y compungida están encerrados en la miseria de guerras internas entre las tribus feudales y la supervivencia depende de los esfuerzos de los dedicados cazadores de cada comunidad. Los Cimmerios viven con la mano en la boca en un reino hostil. Esto les ha hecho ganarse la compasión del resto de naciones, pero les da a ellos la fortaleza que ningún entrenamiento puede enseñar.
Mientras que los Cimmerios tienen claro que Crom es su dios, ellos no lo sirven de la misma manera que los Aquilonios reverencian a Mitra y los Estigios temen a Set. Crom observa y conoce todo desde su trono en la montaña, pero a él no le importan nada las vidas de los mortales. Los Cimmerios creen que Crom les da su fortaleza al nacer –la fuerza que ellos necesitan para encontrar las pruebas de la vida. Después de eso, ellos están bajo su propia suerte, y así es como debe ser.
Los bárbaros tienen pocos medios para la escritura o el aprendizaje con libros, en cambio pasan su conocimiento oralmente mediante cuentos al calor del fuego o leyendas susurradas. Valoran mucho el valor marcial sobre sus enemigos, la fuerza física, y la habilidad de proveerse de todo eso para uno mismo. Mientras que tienen shamanes y adivinos, lo sobrenatural provoca un gran terror para la mayoría de los bárbaros más que parecerles una maravilla o algo tentador. Ellos se valoran así mismos por trabajar duramente en la vida con su fuerza, habilidad y astucia, y nunca por depender de misterios arcanos que ennegrecen las almas de los hombres de otros países.
Las clases a las que pueden jugar los Cimmerios son:
Soldado: Conquistador, Templario Oscuro y Guardián
Sacerdote: Chamán Oso
Ladrón: Bárbaro y Explorador